En El Alto, la segunda ciudad más poblada de Bolivia, desafiando la altura, se ha construido un campo de fútbol a 12000 pies que ha sido identificado como el más alto del mundo. Se trata del Coloso de Villa Ingenio. Es un lugar donde se conjugan el placer del espectáculo futbolístico con la belleza del paisaje de la cordillera.
Fue inaugurado en el año 2017 por el presidente Evo Morales. Tiene una capacidad para 25000 espectadores, gradas techadas, salas de prensa, vestuario y la cancha son de pasto sintético. Fue homologado por la Federación de Fútbol Boliviano y satisface las exigencias de la CONMEBOL y la FIFA.
Son muchos los hinchas bolivianos que están muy orgullosos de este espectacular campo de fútbol, no es para menos, de hecho muchos son los que se han decidido y han dado el paso en las apuestas deportivas Betfair confiando todavía más en su equipo y en sus capacidades, muy satisfechos y sacando pecho por las innovaciones.
Fútbol a 12000 pies, balón, piernas y alta resistencia
Esta obra futbolística se ha convertido en la sede del equipo boliviano Always Ready quien regresó a primera división después de 27 años.
El Coloso del Alto viene a sumarse al grupo de los estadios bolivianos temidos por los jugadores del mundo por estar todos alrededor de los 12000 pies. Supera al José Bermúdez, en Oruro y al Hernando Siles, en La Paz.
También está por encima del que hasta ahora había sido el campo de fútbol más cercano a las nubes, el Víctor Agustín Iriarte, ubicado en la ciudad del Potosí donde se disputaron partidos de Copa Libertadores y Copa Suramericana.
Bolivia ha sido una ardua defensora de la práctica de fútbol profesional en las alturas, sin embargo, esta tesis no goza de popularidad y ha sido objeto de polémica. En el año 2007, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter anunció la prohibición de celebrar encuentros futbolísticos internacionales por encima de los 2600 metros de altura.
Los argumentos a favor de tal limitación tienen base fisiológica. A mayor altura, mayor presión barométrica, lo que se traduce en una disminución de la capacidad aeróbica de aproximadamente un 34 %. Esto representa una desventaja para los jugadores acostumbrados a jugar a nivel del mar frente a los nativos de la zona.
El esfuerzo que exige la actividad futbolística implica el consumo excesivo de dos combustibles musculares, la fosfocreatina, molécula que se almacena en el músculo y el glucógeno.
El lactato que se genera producto de la descomposición de la glucosa produce pesadez muscular con la consecuente, pérdida de fuerza, velocidad, potencia y hasta coordinación motora.
A nivel del mar ocurre lo contrario. Al disminuir la intensidad de la actividad del jugador, el sistema aeróbico recupera fosfocreatina y se reutiliza el ácido láctico, lo que facilita la recuperación del jugador y la disminución de la fatiga.
Lo cierto es que siempre van a existir condiciones geográficas que favorecen o desfavorecen a uno u otro equipo dependiendo de su lugar de procedencia y de donde se realice la competencia. Por esta razón, lo mejor que se puede hacer es prepararse para facilitar la adaptación.
Para jugar en alturas a 12000 pies, como ocurre en los campos de fútbol de Bolivia, lo ideal es un entrenamiento anaeróbico riguroso y una dieta rica en vitamina B y C, magnesio, calcio y carbohidratos.